LA CONCLUSIÓN DEL REPARTO AGRARIO. DEROGACIÓN DE LAS FRACCIONES X, XI, XII, Y XIII DEL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL
Con el propósito fundamental de dar certidumbre jurídica en el campo, la reforma de 1992 puso fin al reparto agrario. En la respectiva exposición de motivos se menciona que dicho reparto era necesario y posible en un país poco poblado y con vastas extensiones por colonizar. En la actualidad, se afirma en el mencionado documento, ya no hay tierras para satisfacer las demandas de dotación, por lo que el trámite de solicitudes que no pueden atenderse, genera incertidumbre, crea falsas expectativas, inhibe la inversión en la actividad agropecuaria, produce una mayor pulverización del minifundio y con todo ello desciende la productividad y los ingresos de los campesinos. Por eso, se propuso y fue aprobada la modificación del párrafo 3º y de la fracción XV, y de la derogación de las fracciones, X, XI, XII, XIII, XIV y XVI, preceptos que contenían la reglamentación del reparto agrario y señalaban las instituciones encargadas de su aplicación.
La finalidad principal de la reforma es la privatización del campo mexicano y en segundo término, la regularización de la tenencia de la tierra, con el fin de dar garantías a la inversión en el medio rural y también para instrumentar los mecanismos que permitan la tecnificación y capitalización del ejido.
Después de que Lázaro Cárdenas del Rio iniciara el reparto agrario e l6 de Octubre de 1936 a través del cual los campesinos cambiaron los fusiles por implementos agrícolas para hacer producir la tierra en sus propias parcelas ;las pobrezas, injusticias e inequidades no han acabado para los hombres del campo.
La realidad que viven los habitantes del medio rural difiere considerablemente de lo que manifiesta el gobierno federal, lo cual contradice por su severidad y realidades estas cuentas alegres, pues el desengaño y coraje que se vive en el campo en nada tiene que ver con las falacias que desde palacio nacional se recetan y los productores agrícolas solo reciben una falta de respuesta a sus demandas.
Las estructuras de gobierno federal no han apoyado en verdad las grandes necesidades de los campesinos, hoy la sociedad clama por terminar con tantas promesas incumplidas y existe la necesidad de llevarle un mensaje fresco y esperanzador pero libre de mentiras, con propuestas realistas que calen en el sentimiento popular y broten de la difícil realidad de los productores agrícolas los cuales siguen a la espera de justicia social con desarrollo equilibrado.
La eliminación del latifundismo permitió constituir los ejidos y comunidades que son el corazón de la economía campesina gracias a quienes en su momento apoyaron un agrarismo revolucionario con un pensamiento de avanzada.
En la Unión Nacional de Artesanos no abandonaremos la lucha a favor de los desprotegidos y los productores sin tierra, pues quién no recuerda sus orígenes está condenado a la ignominia de no saber de dónde viene ni a donde va; por eso planteamos una alianza comprometida y participativa con los campesinos del sector social donde el gobierno federal desprecia a los más pobres con un modelo económico que solo nos ha traído incertidumbre social.
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